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Tu cuerpo te lo agradecerá 😉
Ya sabéis lo que dicen: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». Y es verdad, si quieres cuidarte y adelgazar, desayuna a lo grande, come moderado y cena muy ligero. Hacerlo al revés es un error. Cuando empezamos el día necesitamos energía y nutrientes, porque llevamos muchas horas de ayuno. El desayuno perfecto tiene que ser variado y debe incluir: frutas (vitaminas y minerales), cereales, lácteos o derivados, proteinas y grasas saludables.
Mi desayuno todos los días es:
- Un vaso grande de zumo de naranja natural, recién exprimido.
- Dos tostadas integrales multicereales, con tomate natural y pavo.
- Un café o té con leche desnatada.
A veces cambio las tostadas por cereales integrales con pasas, miel y yogur. Y una vez a la semana, acompaño las tostadas de huevos revueltos con jamón, que están riquísimos!
El desayuno debe aportar un 20 o 25% de las calorías diarias, pero no te preocupes, con el ejercicio y el desgaste de todo el día las quemas seguro. De hecho, los nutricionistas dicen que un desayuno completo previene el sobrepeso y la obesidad.
Así que ya sabes, a recargar las pilas con un súper desayuno, tu cuerpo te lo agradecerá! 😉